La exposición prenatal a los ftalatos, un grupo de productos químicos disruptores endocrinos presentes en cosméticos y otros productos domésticos comunes, incrementa el riesgo de autismo en los niños, aunque no en las niñas, según ha puesto de manifiesto un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Massachusetts Amherst (Estados Unidos), y que ha sido publicado en la revista ‘Environmental Health Perspectives’.

Si bien el trastorno del espectro autista «indudablemente» tiene una base genética subyacente, los hallazgos del estudio refuerzan la evidencia de que la exposición prenatal a productos químicos tóxicos contribuye al desarrollo de rasgos de discapacidad social.

«No sabemos si estos sutiles efectos asociados con la exposición prenatal al ftalato durarán después del período preescolar», han comentado los investigadores, quienes han analizado a 2.001 mujeres durante su primer trimestre de embarazo de 10 ciudades en Canadá entre 2008 y 2011, y han analizado 11 metabolitos de ftalato diferentes en las muestras de orina, registrando su ingesta de suplementos de ácido fólico de las mujeres.

Asimismo, en una investigación de seguimiento, 601 niños de las mujeres de 3 y 4 años se sometieron a evaluaciones neuropsicológicas, incluida la escala de respuesta social II (SRS-2), un método «válido y confiable» para evaluar los rasgos autistas en la población general y los entornos clínicos.

De esta forma, los expertos comprobaron que los aumentos en las concentraciones urinarias de productos químicos de ftalato se asociaron con aumentos en los puntajes de SRS, pero solo entre los niños cuyas madres no tomaron un suplemento de ácido fólico adecuado, 400 mcg al día, durante su primer trimestre.

«Estas no son las exposiciones más altas para ciertos ftalatos que encontrará en las comunidades de bajos ingresos. Los cosméticos y otros productos de cuidado personal libres de ftalatos tienden a ser los más caros y no asequibles para las comunidades de bajos ingresos. Los ftalatos también se usan en ciertos plásticos, envases de alimentos y dispositivos médicos», han zanjado los investigadores.

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