La start-up Neuralink, compañía de neurotecnología especializada en el desarrollo de interfaces cerebro-máquina implantables, propiedad del multimillonario Elon Musk, anunció la semana pasada que ha recibido la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) para hacer estudios en humanos de sus implantes cerebrales.

«Este es el resultado de un trabajo increíble realizado por el equipo de Neuralink, en estrecha colaboración con la FDA, y representa un primer paso importante que algún día permitirá que nuestra tecnología ayude a muchas personas«, aseguró la compañía en Twitter, además de informar de que «el reclutamiento aún no está abierto» para el ensayo clínico.

La compañía está desarrollando dos tipos de implantes que incluyen microcables en el tejido cerebral. Uno para restaurar la visión, incluso en aquellas que nunca la han tenido, y otro para restablecer las funciones corporales básicas en personas con parálisis por daños en la médula espinal.

Hasta ahora, los implantes cerebrales se han desarrollado en una sola dirección, desde el cerebro hacia el exterior, pero el proyecto de Neuralink busca poder trasladar información también en la dirección contraria.

Hasta el momento, los prototipos de implante, del tamaño de una moneda, se han implantado solo en cráneos de animales

A principios de diciembre, Musk aseguró que la compañía estaba lista para realizar implantes cerebrales en seres humanos en un plazo de seis meses, aunque señaló que la FDA había expresado su preocupación por el posible sobrecalentamiento del implante ya que podría traducirse en la fuga de elementos químicos desde el implante hasta la masa cerebral.

Hasta el momento, los prototipos de implante, del tamaño de una moneda, se han implantado solo en cráneos de animales. En concreto, de monos, que han sido capaces de jugar a videojuegos o escribir palabras en una pantalla, simplemente siguiendo el movimiento del cursor en la pantalla con sus ojos.

Otras empresas, como Synchron, también trabajan en el control de las máquinas mediante el pensamiento. En julio de 2022, esta compañía anunció que había implantado la primera interfaz cerebro-máquina en Estados Unidos. «Estamos construyendo tecnología capaz de transmitir directamente los pensamientos de las personas que han perdido la capacidad de moverse o hablar debido a una enfermedad o lesión», explicó Thomas Oxley, fundador y jefe de esta start-up.

Si quieres conocer más acerca de las interfaces cerebro-máquina, puedes leer nuestra entrevista a José Carmena, Catedrático de Ingeniería Electrónica aplicada a la Neurociencia por la prestigiosa Universidad de California-Berkeley, y pionero en el desarrollo de interfaces cerebro-máquina para restaurar la función motora en personas con discapacidad.