En torno a un 70% de los pacientes con epilepsia controlan sus crisis con los dos primeros fármacos; el otro 30% de casos tienen la denominada «epilepsia farmacorresistente». «La posibilidad de controlar las crisis con un tercer o cuarto medicamento es cada vez mucho menor y, en determinados síndromes, la cirugía ofrece más posibilidades de controlar el proceso», explica Juan José Poza, neurólogo en el centro médico Ikigaia (San Sebastián) y coordinador del Grupo de epilepsia de la Sociedad Española de Neurología (SEN).

Durante los últimos años, se ha producido un incremento de nuevos fármacos antiepilépticos eficaces para tratar a pacientes que no habían respondido previamente a la medicación o que no eran candidatos a cirugía. «Estos fármacos aportaron una mejora de la tolerabilidad y de la farmacocinética, pero el porcentaje de pacientes que mejoraban el control de sus crisis no cambió sustancialmente», señala Poza. Sin embargo, una de las excepciones es cenobamato, un antiepiléptico aprobado en 2022 por la Agencia Española del Medicamento (Aemps) y comercializado por la farmacéutica Angelini bajo el nombre de Ontozry.

¿Para qué tipo de epilepsias está indicado?

Cenobamato está indicado para crisis epilépticas focales con o sin generalización secundaria, es decir, que comienzan en una parte delimitada del cerebro y pueden o no extenderse después al resto del cerebro, convirtiéndose así en una crisis generalizada. En cualquier caso, este fármaco se administra en pacientes que «no han respondido adecuadamente al menos a dos fármacos antiepilépticos previos, es decir, que tengan epilepsias farmacorresistentes», explica Poza, quien apunta que, además de ser «la primera vez que un fármaco sale con esta indicación», es el «más eficaz en esta situación».

«En torno a un 21% de pacientes quedaron libres de crisis en los ensayos y un 45% redujeron en un 75% su número»

«Por la manera de actuar del fármaco y los estudios en modelos animales probablemente sea también eficaz para tratar formas de epilepsias generalizadas primarias, pero es solo una hipótesis de momento, no está demostrado y, desde luego, no tiene la indicación para usarlo en esa situación», afirma el neurólogo.

¿Cuáles son sus beneficios?

Aunque no existen datos comparativos directos con otros antiepilépticos, los ensayos clínicos de cenobamato demostraron que existe una diferencia sustancial en cuanto a su eficacia respecto a la de otros fármacos. «En torno a un 21% de pacientes quedaron libres de crisis en los ensayos y un 45% redujeron en un 75% el número de crisis. De estos, muchas veces vemos también una reducción en la gravedad de las crisis: son crisis menos generalizadas, más cortas…etc. Es mucho más de lo que estábamos consiguiendo previamente con otros fármacos», explica Poza.

Debido a su alto porcentaje de eficacia, en comparación con otros medicamentos, en un nicho de pacientes complicado de tratar, cenobamato supone, según el neurólogo, «un cambio de paradigma, porque cubre una necesidad que no estaba cubierta». Para las familias, además, que suelen mostrarse desesperadas en estos casos, «es una puerta abierta a la esperanza», asegura.

¿Qué efectos secundarios tiene?

Además de sus beneficios, cabe tener en cuenta también los efectos adversos que, como otros medicamentos, pueden manifestarse, dependiendo del paciente. En su desarrollo, cuenta Poza, preocuparon varios casos de reacciones alérgicas graves. «Esto llevó a cambiar la forma de administración del fármaco y a hacer un escalado mucho más lento. De esta manera, no se ha vuelto a registrar ningún caso de reacción alérgica importante, con lo cual parece que esta medida es eficaz para prevenir ese efecto secundario potencialmente grave», explica el neurólogo.

«Hacer una reducción proactiva de otros fármacos que está tomando el paciente mientras vas subiendo cenobamato baja sus efectos secundarios»

Por otro lado, existen distintos efectos adversos de carácter leve y moderado, habituales en fármacos antiepilépticos, como son, «mareos, sensación de inestabilidad, somnolencia, visión doble, dolor de cabeza, náuseas o estreñimiento«. No obstante, estos síntomas «tienden a ir reduciéndose con el tiempo. Escalar paulatinamente la dosis mejora la tolerabilidad».

En cuanto a afectaciones a nivel cognitivo, aclara el neurólogo, «en general todos los fármacos antiepilépticos pueden provocar algo de alteración cognitiva, pero los estudios que se han hecho con el fármaco son muy buenos y, por nuestra experiencia clínica, no parece que altere el perfil cognitivo de forma significativa. Incluso hay algunos pacientes que mejoran porque, si reducimos la frecuencia de crisis o la cantidad de actividad epiléptica clínica y podemos reducir otros fármacos al poner este que es más potente, algunos mejoran cognitivamente».

Cabe destacar que cenobamato se administra en combinación con otros fármacos antiepilépticos, por lo que, aclara Poza, «los efectos secundarios no son solo del último que pones sino de la suma de todos«. «Hacer una reducción proactiva de otros posibles fármacos que está tomando el paciente mientras vas subiendo cenobamato baja el porcentaje de efectos secundarios», señala, y añade: «Yo no diría que es un fármaco que se tolere mal, la experiencia que tengo es buena».

Interacción con otros fármacos

No obstante, cenobamato debe utilizarse con precaución en pacientes con insuficiencia renal o hepática. «La dosis diana es más baja si el paciente tiene menos capacidad de metabolizar el fármaco porque la duración de los efectos va a ser mayor, pero no está contraindicado ni en uno ni en el otro», explica Poza. Además, señala, «se ha visto que en algunos pacientes con el síndrome de QT largo puede producir alguna alteración en el electrocardiograma, aunque no se ha visto que haya arritmias, pero no sería recomendable y habría que tener precaución».

«Llevar una vida ordenada siempre es mejor para controlar este tipo de enfermedades»

Por esta razón, cabe tener en cuenta la interacción de cenobamato con medicamentos «que pueden alargar ese parámetro electrocardiográfico del QT». También aconseja no administrar el antiepiléptico o reducir su dosis si se toma otro fármaco que tenga el mismo mecanismo de acción ya que, «si no, los efectos secundarios son más elevados». Además, puede tener pequeñas interacciones con otros fármacos antiepilépticos, en cuyo caso se realizará «un ajuste de dosis». También con el alcohol, por lo que es recomendable no tomar, o con anticonceptivos orales: «Se recomendaría o poner anticonceptivos que tengan una dosis más alta de hormonas o cambiar la medida anticonceptiva», señala el neurólogo.

¿Cómo se toma?

El cenobamato, que tiene formulación oral -solo en pastillas-, está indicado para personas de más de 18 años, ya que no se han desarrollado aún ensayos clínicos en niños. «Por los fármacos que se han probado hasta ahora, se ha visto que, en general, la eficacia de un adulto se puede extrapolar a las epilepsias infantiles, y se van utilizando, pero cenobamato, al ser un fármaco nuevo, de momento no se ha empleado en niños».

Cenobamato suele administrarse una vez al día, «puede ser a cualquier hora, pero, al tener un cierto efecto inductor del sueño, suele utilizarse por la noche». Al igual que el médico irá aumentando la dosis paulatinamente hasta alcanzar la dosis diana, en caso de decidirse su retirada, también deberá hacerse de forma progresiva. Por este motivo, pese a los efectos adversos, el neurólogo desaconseja rotundamente suspender la medicación de forma repentina por el riesgo de que se produzcan más crisis y que, además, sean más prolongadas y graves: «Solo hay que hacerlo de forma más rápida si se da un efecto secundario grave».

Por otro lado, al tratarse de epilepsias que duran toda la vida, es posiblemente un tratamiento a largo plazo, por lo menos de entrada. No obstante, además del tratamiento farmacológico, Poza recomienda seguir unas pautas de higiene de sueño. «Llevar una vida ordenada siempre es mejor para controlar este tipo de enfermedades», señala.