psicopedagogía

Entrevista a «TEA Motricidad y Deporte»

Mariana Lombardo. Hoy os queremos presentar a dos profesionales de la educación que llevan más de diez años trabajando con personas con autismo. Maximiliano Lombardo y Marcelo Biasatti son profesores de educación física y han creado “TEA motricidad y deporte”. Esta organización nace en el año 2015 buscando concienciar a la sociedad sobre la importancia del movimiento en la calidad de vida de las personas con Condición del Espectro Autista (CEA) y colaborando en el perfeccionamiento, formación y supervisión de los profesionales interesados en trabajar a través de la motricidad y el deporte. Actualmente viajan por toda Argentina impartiendo cursos de formación a profesionales de la educación y la salud. En ellos dan a conocer su modelo – AMYDI (autismo, motricidad y deporte para la inclusión) – como forma de intervención educativa y terapéutica en personas con TEA. Nos parece un trabajo interesante e innovador y nos gustaría conocer más en profundidad su labor y, por supuesto, contar con su colaboración para mantenernos informados a través de nuestro blog. ¿En qué consiste el modelo AMYDI? En la fusión de conceptos de la Educación Física y el Deporte, con la metodología y los fundamentos de diversos programas de enseñanza, que han demostrado su eficacia en el trabajo de personas con TEA, son las bases teóricas donde se sustenta el modelo. AMYDI es un modelo de intervención educativo/terapéutico para personas con diagnóstico dentro del Espectro Autista, el cual utiliza la motricidad, el juego y el deporte como medio para alcanzar la inclusión activa de dichas personas en la sociedad. Es una herramienta de evaluación, organización y planificación de actividades para ayudar a que los educadores/terapeutas no pierdan el rumbo de sus sesiones, puedan diseñar programas con sentido, persigan objetivos claros y cuenten con elementos para afrontar los distintos desafíos que se presenten. Posee una serie de entrevistas, cuestionarios y planillas de evaluación, propias del modelo, que guían al profesional en su labor diaria.

Cómo controlar la frustración infantil (Parte II)

Andrea Rodríguez Martínez. A pesar de que todos los niños deben de aprender a manejar la frustración, tarea que no siempre es fácil, algunos niños que presentan trastornos en su desarrollo tienen mayores problemas para este aprendizaje. Una de las razones es que estos niños suelen tener dificultades en la inhibición y regulación de sus propias emociones concidiéndoles en desarrollar una gran habilidad emocional y por ende a presentar una baja tolerancia a la frustración, como por ejemplo los niños con TDAH. Por otro lado estos niños presentan también problemas en la regulación de la demora de las gratificaciones, necesitando consecuencias inmediatas, sobre todo las positivas. Por todo ello, el trabajo con estos niños a nivel emocional resulta esencial, tanto a nivel de comprensión de sus propias emociones como la adecuada expresión de las mismas, al igual que a postergar de manera gradual la gratificación inmediata. Pero también, se deberá trabajar de cara al desarrollo de un nivel más alto de tolerancia a la frustración con el objetivo de que el niño pueda manejarse y desarrollarse de una manera satisfactoria y autónoma en las diferentes situaciones que se le presenten en la vida. Y ¿cómo se puede trabajar la tolerancia a la frustración? La psicopedagoga Lucía Osorio aporta una serie de pautas para poder lograr que los niños adquieran una tolerancia ante pequeñas o grandes frustracciones:

Introducción a la frustración infantil (Parte I)

Andrea Rodríguez Martínez.Según la pedagoga Baum (2004) en su libro “¡Lo quiero ahora!” la frustración en los niños es una actitud que tiene lugar cuando éstos no ven cumplido un deseo o una petición. Esta frustración los lleva a sentirse tristes, enfadados o ansiosos. No solo los niños, sino todos a lo largo de nuestras vidas hemos experimentado dicho sentimiento, pero, nosotros los adultos, normalmente contamos con herramientas motivacionales y emocionales que nos ayudan a poder gestionarla. La baja tolerancia a la frustración es sobre todo una conducta aprendida. Es posible que determinados temperamentos predispongan a responder de esta manera, pero generalmente este tipo de conductas cuando se prolongan en el tiempo, son fruto de un proceso de aprendizaje que poco a poco, los adultos, con buena intención y sin ser conscientes de lo que hacían, han reforzado en los niños. Tal y como manifiesta la periodista y editora de la revista “Bebés”, Lola Rovati (2011), las causas de las frustración en los niños, podrán evitarse en muchas ocasiones, pero otras aparecerán de forma irremediable en su camino. Rovati expone que las frustraciones son causadas en la mayor parte de los casos por necesidades o impulsos no satisfechos y forman parte del crecimiento normal del niño. A su vez, estas frustraciones pueden convertirse en enseñanzas y por lo tanto, ser muy positivo para ellos; pero demasiadas experiencias frustrantes en un corto periodo de tiempo, pueden dañar su autoestima y confianza.

Título

Ir a Arriba