[vc_row][vc_column width=»2/3″][mk_padding_divider][vc_column_text]Andrea Rodríguez Martínez

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Introducción a la frustración infantil

(Parte I)

Según la pedagoga Baum (2004) en su libro “¡Lo quiero ahora!” la frustración en los niños es una actitud que tiene lugar cuando éstos no ven cumplido un deseo o una petición. Esta frustración los lleva a sentirse tristes, enfadados o ansiosos. No solo los niños, sino todos a lo largo de nuestras vidas hemos experimentado dicho sentimiento, pero, nosotros los adultos, normalmente contamos con herramientas motivacionales y emocionales que nos ayudan a poder gestionarla.

La baja tolerancia a la frustración es sobre todo una conducta aprendida. Es posible que determinados temperamentos predispongan a responder de esta manera, pero generalmente este tipo de conductas cuando se prolongan en el tiempo, son fruto de un proceso de aprendizaje que poco a poco, los adultos, con buena intención y sin ser conscientes de lo que hacían, han reforzado en los niños.

Tal y como manifiesta la periodista y editora de la revista “Bebés”, Lola Rovati (2011), las causas de las frustración en los niños, podrán evitarse en muchas ocasiones, pero otras aparecerán de forma irremediable en su camino. Rovati expone que las frustraciones son causadas en la mayor parte de los casos por necesidades o impulsos no satisfechos y forman parte del crecimiento normal del niño. A su vez, estas frustraciones pueden convertirse en enseñanzas y por lo tanto, ser muy positivo para ellos; pero demasiadas experiencias frustrantes en un corto periodo de tiempo, pueden dañar su autoestima y confianza.

La autora del artículo, continúa añadiendo que existe una clasificación muy clara en cuanto a las causas que provocan las frustraciones infantiles. Ésta ha sido dada por Penélope Leach, psicóloga infantil y autora de varios libros sobre crianza. En sus obras, expone que la frustración en los niños puede estar provocada por varias razones.

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La primera de ellas es la frustración provocada por los adultos, ya que cuando el niño quiere realizar algo y los adultos se lo impiden, se produce en él una sensación de frustración. En muchas ocasiones, los adultos y principalmente los padres pueden frustrar a un niño de una manera muy sencilla al impedirle hacer aquellas cosas que ellos consideran que no deben hacerse. Por lo que hay que preguntarse, ¿es tan grave dejarle hacer eso que le impedimos? La respuesta según la autora es que si ese algo es peligroso para el niño desde luego que debemos impedírselo con independencia de que llore o se frustre. Pero, en muchas otras ocasiones se da un “no” por respuesta por el mero hecho de que en ese momento a los adultos no les viene bien, frustrando a los niños sin ningún motivo.

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En segundo lugar se encuenra la frustración provocada por otros niños. Los niños son egocéntricos por naturaleza ya que se encuentran en una etapa en la que sólo se centran en sí mismos y lo que en los adultos puede parecernos un signo de egoísmo es simplemente parte de su crecimiento. Al preocuparse sólo de ellos mismos, tenemos que entender que están desarrollando su autoestima y su personalidad. A partir de que empiecen a interactuar con sus iguales de una forma más empática, su visión egocéntrica del mundo se empieza a ampliar y se preocupan más por las emociones de los demás niños. Pero según Leach, las habilidades sociales se desarrollan con la práctica, Por tanto, una tarea de los adultos debe ser guiarlos a tolerar mejor las frustraciones provocadas por otros niños y actuar como mediadores de los posibles conflictos.

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Y la última causa posible es la frustración provocada por los objetos. Cuando el niño comienza a descubrir que hay cosas que no puede hacer por sí mismo le provoca frustración. Cuando no se siente capaz, por ejemplo, de abrocharse un botón o no puede dar una patada a la pelota como él quiere, su madurez, su coordinación y su fuerza le puede jugar una mala pasada. Pero a diferencia de otro tipo de frustraciones, cuando son con objetos, son muy educativas, ya que la exploración que él hace, produce que lo siga intentando hasta que lo consigue y empieza a comprender cada vez mejor el mundo que le rodea. Es una forma de aprender por descubrimiento. Hay que tener muy en cuenta que cuando hay una frustración provocada por un objeto, los adultos deben intervenir ofreciendo su ayuda para conseguirlo, no haciéndolo por él.

En lo que se refiere a la expresión de la frustración en los niños, ésta puede manifestarse de diferentes maneras. Por ejemplo, en forma de revelación frente a la autoridad, ya sea el maestro, los padres o sus compañeros de clase cuando sus deseos no son satisfechos. En niños pequeños puede presentarse en forma de rabietas. Otros niños sin embargo, expresan dicha frustración mediante actitudes destructivas como forma de canalización de la misma, golpeando o rompiendo objetos. Y finalmente, algunos niños tienden a expresarlo de una manera mucho más emocional expresando sentimientos de tristeza, desmotivación e incluso ansiedad.

Finalmente y para concluir esta primera parte del tema cabe mencionar que, intentar complacer siempre a los niños y evitar que se sientan frustrados ante cualquier situación no favorece su desarrollo integral como persona, ya que cuando sean adultos, van a tener que enfrentarse a circunstancias tanto de éxito como de fracaso.

Nuestra peor aliada es la impaciencia, motivada por querer evitar a toda costa emociones negativas en los niños, y que se acentúa por la sociedad en la que vivimos, en la que tenemos de todo y de forma inmediata.

Tolerar la frustración significa ser capaz de afrontar los problemas y limitaciones que nos vamos a encontrar a lo largo de la vida a pesar de las molestias que puedan causarnos. Por lo tanto, se trata de una actitud que puede trabajarse y desarrollarse.

 

“La frustración, aunque a veces es muy dolorosa, es una parte muy positiva y esencial del éxito” Bo Bennett.

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Andrea Rodríguez Martínez

Diplomada en Educación Infantil.
Licenciada en Psicopedagogía.
Amplia experiencia docente en enseñanza infantil y primaria.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/3″][/vc_column][/vc_row]