Elias, Xander y Cal experimentan una reactividad extrema a la estimulación táctil, auditiva o visual, una condición conocida como trastorno del procesamiento sensorial (SPD). Los desencadenantes táctiles que atormentan a los niños con SPD incluyen etiquetas en camisas, suéteres lanudos, calcetines o un cepillo de hombros accidental durante el tiempo del círculo preescolar. Ofensas auditivas incluyen molinillos de café, la canción de cumpleaños – sorpresa o no – y juguetes ruidosos y erráticos en movimiento.

Las provocaciones visuales que pueden desalentar a los niños incluyen películas IMAX, estadios abarrotados, estacionamientos, incluso bicicletas y carpas que cuelgan del techo de una tienda de camping. Ya sea que lo vean, lo escuchen o lo que sientan, lo que todos estos aportes sensoriales tienen en común es su repentino inicio e imprevisibilidad.

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