[vc_row][vc_column width=»2/3″][vc_column_text]Andrea Rodríguez Martínez[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/3″][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»2/3″][vc_column_text responsive_align=»left»]

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Un camino con dislexia

 

Los niños, antes de aprender a leer, conocen ya muchas palabras, sus sonidos y casi todos los significados correspondientes a las mismas. Cuando aprendemos a leer, nuestro cerebro crea conexiones entre los símbolos y las palabras.

Pero, como toda función cerebral, cuando hay un daño o déficit en el desarrollo, estos procesamientos pueden verse alterados. Así pueden surgir problemas de lectura tales como la dislexia.

La dislexia es un trastorno específico del aprendizaje que se manifiesta con una dificultad para leer y para comprender lo que se lee. Es una condición cerebral que afecta a la lectura, a la ortografía y a la escritura.

Según Margie Gillis, una especialista en lectura, ésta es un proceso complicado que empieza por ser capaz de reconocer los sonidos individuales en las palabras.

Además tanto la lectura como la ortografía son procesos difíciles para los niños con dislexia porque primero tienen que escuchar esos sonidos individuales y después tienen que entender que cada uno de esos sonidos está representado por una o más letras.

Por lo general, los niños que tienen dislexia tienen dificultad con esta habilidad básica del leguaje, denominada “conciencia fonémica”.

 

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Este trastorno es mucho más común de lo que creemos. Según estudios practicados en diferentes países, lo padecen en torno a un 5-17% de la población. También se conoce que es un trastorno con una fuerte carga hereditaria.

El 40% de los hermanos y entre un 30 y 50% de padres de un niño disléxico también presentaron el trastorno. Es imprescindible que la sociedad se conciencie de la existencia de este problema y que se puedan adecuar los métodos de enseñanza a las necesidades particulares de cada niño.

En ocasiones las personas creen que la dislexia es un problema visual porque los chicos invierten las letras o las escriben al revés.  Pero la dislexia no es un problema de visión ni tiene que ver con ver las letras en la dirección equivocada. Es más bien un problema con el entendimiento y el uso del lenguaje.

Es importante saber que, aunque la dislexia afecta el aprendizaje, no tiene nada que ver con la inteligencia, no está relacionada con ella. Sólo está relacionada con la forma de procesar las letras y las palabras.

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PROBLEMAS ASOCIADOS

Tal y como apunta el Cuaderno FARO, del Hospital Sant Joan de Déu, los trastornos de aprendizaje, a menudo no se presentan de forma aislada. En un mismo niño podemos encontrar dos trastornos (Ej: dislexia y TDAH) o uno con algunas manifestaciones de otro (Ej: dislexia y dificultades atencionales asociadas). Es muy importante diagnosticar y contemplar en el tratamiento todas las dificultades presentes.

En la dislexia los trastornos asociados con mayor frecuencia son:

  •  Grafismo: en algunos casos, sobre todo en los primeros años de educación primaria, los alumnos disléxicos pueden tener “mala letra”. A pesar de que en un pequeño porcentaje puede persistir como un trastorno asociado, habitualmente con el tiempo mejora. El dominio progresivo en la mecánica lectora les lleva a ir automatizando y mejorando el trazo. El gran esfuerzo que hace para organizar el contenido del escrito no le permite esforzarse a la vez en la ortografía y el grafismo.
  •  TDAH: el déficit de atención en un alumno disléxico supone un problema añadido que empeora el trastorno de lectoescritura al alterar la capacidad de atención en clase, la capacidad de trabajar concentrado para estudiar o hacer los deberes, la comprensión lectora,…
  • Alteraciones del lenguaje oral: la dislexia es un trastorno del lenguaje, en concreto del lenguaje escrito. No es la norma que existan alteraciones significativas del lenguaje hablado a pesar de que no es infrecuente que en los antecedentes encontremos algunas dificultades en la adquisición o desarrollo del lenguaje en los primeros años de vida: leve retraso en la adquisición, inversión de sílabas en palabras largas, dificultad para organizar el discurso….
  • Cálculo: es frecuente que los alumnos disléxicos tengan mal rendimiento en matemáticas. Las causas son diversas. Hemos hablado de la dificultad para las tablas de multiplicar, para leer y comprender los enunciados de los problemas… y en algunos casos presentan una dificultad específica para automatizar cálculos rápidos, como los hechos aritméticos.
  • Problemas afectivos o emocionales: muchos trabajos han mostrado la mayor frecuencia de trastornos depresivos, de ansiedad, psicosomáticos y de conducta en alumnos con trastornos de aprendizaje y concretamente con dislexia. La sensación de fracaso, la falta de reconocimiento del esfuerzo que realizan, la sensación de ridículo frente al resto de compañeros suelen ser la causa de estos trastornos emocionales.

 

CÓMO TRABAJAR CON EL NIÑO

Hay muchas herramientas y estrategias que pueden ayudar a los niños con dislexia a progresar tanto en el colegio como en a vida en general. Para conseguir que el niño mejore la habiliadad de lectura y su comprensión debe trabajar de forma constante, no solo en el colegio sino en casa y debe recibir el apoyo de sus padres para realizar actividades que le permitan progresar y mantenerse motivado.

Aunque el trabajo constante es necesario para mejorar la habilidad de la lectura, es importante no presionar de más al niño. Para él ya es difícil el esfuerzo constante que tiene que realizar en todas sus tareas de lectura, por lo que se le debe apoyar, pero también se le debe dejar espacio para que si se siente cansado, pueda tomar un descanso.

Se sabe mucho acerca de cómo ayudar a los niños con estas habilidades. Lo más importante es la enseñanza especializada en la lectura. Un enfoque muy conocido es el llamado “Orton-Gillingham”. Éste ayuda a los niños a aprender a separa las palabras en sus componentes sonoros, a hacer coincidir los sonidos con las letras y después mezclar esos sonidos.

Los programas de lectura basados en Orton-Gillingham usan técnicas multisensoriales , por lo que los niños podrían trazar letras en arena mientras identifican esa letra y pronuncian su sonido o separar las sílabas de las palabras dando palmadas.

Estos métodos han demostrado ser efectivos durante más de 40 años.

También existen otras herramientas como los audiolibros o las aplicaciones para leer que pueden ayudar a los niños que tienen dislexia.

Aparte de todo esto es importante que todos los días, los niños lean en voz alta delante de un adulto. Seleccionar libros que tengan que ver con sus interés y motivaciones puede ayudarle a que desarrolle un interés y gusto por la lectura.

Los juegos de rimas y cantar canciones también puede ser una manera divertida de ayudar a los niños a desarrollar las habilidades iniciales para aprender a leer.

Es importante no olvidar que la dislexia acompaña a la persona durante toda la vida, pero con un apoyo adecuado pueden progresar en el colegio y en la vida.

“El mayor problema de los niños disléxicos no es un problema de percepción, es la percepción de sí mismos. Este fue mi mayor problema.”  Bruce Jenner.

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Andrea Rodríguez Martínez

Diplomada en Educación Infantil.
Licenciada en Psicopedagogía.
Amplia experiencia docente en enseñanza infantil y primaria.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/3″][/vc_column][/vc_row]