[vc_row][vc_column width=»2/3″][vc_column_text]Patricia Sánchez Rodríguez-Estremera

[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/3″][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»2/3″][vc_column_text responsive_align=»left»]Entender y gestionar las rabietas

Yo siempre he pensado que el primer paso es entender qué es una rabieta y por qué se produce, sólo eso nos va a dar una nueva visión y nos va a poner en una posición mucho más comprensiva y empática.

Una rabieta se produce cuando una persona, ya sea niño o adulto (sí, los adultos también tenemos rabietas, pero las llamamos «perder los papeles»), no sabe expresar sus emociones de enfado y/o frustración de una manera apropiada y asertiva (con palabras), y en lugar de eso da salida a esa emoción a través de un comportamiento inapropiado (gritando, pataleando, golpeando objetos o personas, dando un portazo…). En el caso de niños muy pequeños es habitual que todavía no tengan un lenguaje muy desarrollado y por eso no pueden comunicar cómo se sienten, y en el caso de niños más mayores o de adultos, es posible que aunque puedan hablar no sean capaces de identificar cómo se sienten, aceptarlo y expresarlo de manera apropiada.

En nuestro caso, cuando Javier comenzó con las rabietas nos resultó muy complicado gestionarlas, ya que aún no tenía un lenguaje adquirido, tampoco sabía identificar las emociones y la cierta rigídez en sus conductas nos hace recordar esa etapa como algo frustante.

Pero con la ayuda de Armando Montes Lozano (neuropsicólogo infantil y logopeda del CAIT de San Rafael de Granada,) conseguimos poder gestionarlas mucho mejor. Y no solo las rabietas, Armando acompaña a Javier desde los tres años y solo tenemos palabras de agradecimiento.

Un libro estupendo que describe de forma muy gráfica y comprensible todo el proceso que el niño vive al sufrir una rabieta es «Rabietas».

Rabietas, Susana Gómez Redondo y Anna Aparicio Catalá. Editorial Takatuka (+3 años)

rabietas

El protagonista de esta historia pone palabras a sus sentimientos más básicos: la felicidad y el enfado en relación con su entorno, con sus padres. Como él explica, cuando sus padres comparten con él sus propuestas y le permiten hacer lo que quiere, todo está bien, es feliz, todo es de color de rosa. Pero cuando sus padres le ponen algún impedimento y no actúan como él desearía, aparece la rabia, desemboca en la pataleta, y todo se vuelve rojo, rojísimo… Ante esa explosión de alaridos y lloros, sus padres permanecen indiferentes, de color blanco.

Así, el protagonista de esta historia comprende que con gritos y pataletas no va a conseguir nada, sólo alejarse de sus padres, y es lo último que quiere. Poco a poco, el rojo y el blanco se van acercando, y todo vuelve a la normalidad. Porque, a pesar de estos arrebatos y cambios de humor,es importante calmarse, hablar y escucharse.

Esperemos que estos cuentos se conviertan en “su cuento”,el cuento que todos consideramos como nuestro y al que volvemos una y otra vez.

¡Feliz día!

 

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Patricia Sánchez Rodríguez-Estremera

Experta en lecturas «adaptadas».
Mamá de de Javier.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/3″][/vc_column][/vc_row]