Los niños generalmente comienzan a mentir en los años preescolares, entre los dos y los cuatro años de edad.

Pero desde una perspectiva de desarrollo, mentir en niños pequeños rara vez es motivo de preocupación. De hecho, la mentira es a menudo una de las primeras señales de que un niño ha desarrollado una «teoría de la mente», que es la conciencia de que otros pueden tener diferentes deseos, sentimientos y creencias para uno mismo. Cuando un niño afirma de forma engañosa que «papá dijo que podría tomarme un helado», están usando esta conciencia de las mentes de los demás para plantar conocimientos falsos.

Aunque mentir puede no ser socialmente deseable, la capacidad de saber lo que otros piensan y sienten es una habilidad social importante. Está relacionado con la empatía, la cooperación y el cuidado de los demás cuando se sienten enojados.

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