Es común encontrar problemas de conducta, tanto en niños como en adolescentes. Se trata de conductas disruptivas o conocidas como socialmente inadecuadas. Este tipo de comportamientos, conlleva, en la mayoría de ocasiones, problemas a nivel personal, social, familiar y escolar. Por ello, es importante abordarlos con el fin de intentar disminuirlos o reemplazarlos por conductas mas adecuadas.

Existen para ello distintas estrategias o pautas que los adultos podemos llevar a cabo para modificar estas conductas, que afectan tanto al niño como a su entorno, pero antes de llevar a cabo este abordaje, es importante conocer los antecedentes o factores que desencadenan en esta conducta, así como las posibles causas genéticas y conductuales.

 

A continuación, se indican algunas estrategias de modificación de conducta que pueden llevarse a cabo desde casa para disminuir ciertas conductas y mejorar el comportamiento de vuestros hijos:

 

•    Extinción:

Se trata de una estrategia que suele resultar muy útil para eliminar conductas inadecuadas si es utilizada correctamente. El niño, con frecuencia,  espera algún tipo de respuesta del adulto ante comportamientos disruptivos, por lo que esta técnica propone retirar cualquier tipo de atención hacia la conducta inadecuada que realiza. Por  ejemplo, cuando el niño se saca los zapatos y los lanza mirando directamente al adulto esperando algún tipo de reacción. En esta ocasión, el adulto debe retirar la atención completamente sin realizar ningún tipo de comentario al respecto y sin que el niño obtenga contactado visual por parte del adulto. Al no reforzar o premiar la conducta, conseguiremos reducir la misma. Con esta técnica es importante también que aparezca algún tipo de estimulo positivo por parte del adulto cuando se observe que el niño se encuentra mas tranquilo para evitar que se sienta ignorado. Por ejemplo: ¨Qué bonito el dibujo que pintaste ayer¨. La aplicación de esta técnica desencadena, al inicio, en un incremento en la frecuencia o intensidad de lo que queremos eliminar. Por ello, es muy importante la constancia para obtener resultados, siempre y cuando la conducta no sea peligrosa para el niño o para su entorno.

 

•    Economía de fichas:

El sistema de economía de fichas puede llevarse a cabo tanto en el colegio como en casa.

Se trata de un sistema visual que ayuda al niño a conseguir conductas adecuadas mediante refuerzos positivos como intercambio (comida favorita, paseo en el parque, ir al cine, etc). Las conductas deseadas deben de ser específicas (lavarse los dientes, recoger los juguetes, terminar los deberes, etc). Este sistema puede implementarse en un folio, cartulina o pizarra y el niño deberá colocar las fichas o puntos si ha realizado la conducta esperada, donde pueda verlo fácilmente.  Al finalizar el día o la semana el niño podrá obtener el refuerzo si ha cumplido con los puntos establecidos. Cada vez que el niño obtenga una ficha, deberá ser acompañado de un refuerzo verbal (por ejemplo: fenomenal, te llevaste un punto porque recogiste todos tus juguetes. Estoy muy contenta). En cuanto veamos que el niño empieza a reducir ciertos comportamientos y aumentan conductas positivas, podemos empezar con la fase de desvanecimiento en el que aumentaremos el tiempo de espera de la recompensa.

 

•    Contratos conductuales

Un contrato conductual puede resultar muy útil para niños mayores o adolescentes en el que buscamos un cambio conductual. Es un acuerdo escrito entre padres – hijos en el que se negocian conductas especificas con un reforzador previamente pactado.

Por ejemplo:

 

El siguiente contrato es entre ___________________ y ___________________.

Yo _______________ me comprometo a ____________________.
Por otro lado, yo_________________ a cambio de cumplir con lo pactado, me comprometo a ____________________.

 

Firma de ambas partes:      _____________                                                 _______________

 

Es importante mencionar que estas pautas pueden realizarse en casa como estrategias para reducir conductas inadecuadas, por lo que en caso el niño necesite una intervención deberá ser evaluado por un especialista.

 

Antonella Timarchi
Psicóloga Especialista en Terapias Conductuales
Profesora Infantil El Cole de Celia y Pepe