[vc_row][vc_column width=»2/3″][vc_column_text]Andrea Rodríguez Martínez[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/3″][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»2/3″][vc_column_text]

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Los ojos de Andrea

 

Semana 6

Una de las cosas que más me gusta de estar aquí viviendo esta experiencia, es poder ir al cole de Pepe. Considero que como docente y psicopedagoga es una gran suerte el tener la oportunidad de observar, a través de un cristal, como trabajan en EEUU con niños de educación especial y he de decir que es una auténtica pasada.

Desgraciadamente no puedo hablar en mi blog sobre lo que allí veo, ni contaros la forma que tienen de trabajar, ni actividades concretas; y como es lógico y con el fin de mantener la privacidad de los niños, el colegio te prohíbe sacar fotos o hacer vídeos, por ello esta entrada no tendrá apoyo visual.

Sin embargo,  lo que sí puedo contaros es como funcionan aquí, en el Distrito 75, las escuelas de educación especial.

Son centros en los que se prioriza la calidad de la enseñanza. El ratio máximo por clase es de cinco a seis alumnos y cuyo nivel está marcado por la capacidad de aprender de cada uno, no por la edad. Siempre coincidiendo niños de edades y capacidades similares. Y con respecto a los profesores, el ratio es de uno por cada dos alumnos.

El objetivo principal de estas escuelas es desarrollar al máximo las capacidades de los niños aumentando su autoestima y autonomía y demostrándoles que pueden llegar a ser capaces de aprender y de ser mejores cada día. Ser un niño especial y con necesidades educativas no significa que no puedan aprender y tener una vida plena e independiente.

Todos y cada uno de estos niños pueden aprender, más rápido o más despacio, pero son capaces si se estudia cada caso de forma independiente y se realiza un curriculum a medida, que es lo que ocurre en estos centros. Para ellos cada niño es diferente, con unos patrones comunes, pero con habilidades y capacidades diferentes. Por ello se basan en una atención muy individualizada y a medida que asegura un aprendizaje significativo y riguroso.

Los niños están rodeados de los mejores profesores especializados: terapistas ocupacionales, logopedia, foniatría, psicomotricidad fina y gruesa y profesores de lengua, matemáticas, arte y sociales.

La metodología suele basarse en actividades que realizan en clases, en pequeños grupos, pero también en terapias individuales, ya que es fundamental que el lenguaje y la expresión de cada uno se trabaje, así como las relaciones sociales. Asimismo uno de los aspectos más importantes de estas escuelas es que los niños estén estimulados y motivados para mejorar y por supuesto para que aprendan a leer y escribir.

Además este tipo de colegios son de 12 meses, es decir, tienen una estructura muy estricta en cuanto a horarios y rutinas. Por lo tanto, las vacaciones de estos niños se reducen a dos semanas en verano y a una en navidad porque es fundamental para el aprendizaje la repetición tanto de conceptos como de hábitos de vida.

Es realmente interesante conocer y aprender diferentes puntos de vista sobre como abordan la educación de estos niños, y es tan distinto a lo que estamos acostumbrados, que me siento muy privilegiada de poder “renovarme” y  permitirme absorber todo este aprendizaje con el objetivo de lograr mi propio estilo ecléctico educacional basado en todas estas experiencias, conocimientos y saberes.

“El aprendizaje ocurre cuando alguien quiere aprender, no cuando alguien quiere enseñar.»  Roger Schank.

 

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Andrea Rodríguez Martínez

Diplomada en Educación Infantil.
Licenciada en Psicopedagogía.
Amplia experiencia docente en enseñanza infantil y primaria.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/3″][/vc_column][/vc_row]