Todavía es pronto para decir exactamente cuándo o hasta qué punto los oftalmólogos podrán detectar signos de trastorno neurológico. Pero así como el poeta considera que el ojo es una ventana al alma, cada vez más científicos utilizan el ojo como una ventana al cerebro.

Y desde el advenimiento de la tomografía de coherencia óptica (OCT) y otras técnicas avanzadas de imágenes oculares, los investigadores confían cada vez más en que llevarán a un diagnóstico y tratamiento más precoz.

 

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