Actualmente, en los centros de Atención temprana, encontramos un amplio número de niños con Trastorno del lenguaje cuyo desarrollo fonológico es inferior a la edad esperada.

Estos niños se caracterizan porque, a pesar de tener adquirido todo el repertorio fonético esperable para su edad en repetición aislada, durante el habla espontánea su inteligibilidad se ve mermada (simplifican palabras, omiten sonidos, sustituyen unos sonidos por otros, etc.).

Muchas de las familias que acuden a terapia junto a sus hijos/as, nos preguntan sobre cómo pueden reforzar en casa el trabajo realizado durante las sesiones y, normalmente, los logopedas solemos facilitarles material manipulativo para que “reproduzcan” nuestra sesión. Pero no podemos olvidarnos que el realizar este tipo de tareas, supone un esfuerzo extra para la familia, que en muchas ocasiones se encuentra desbordada (trabajo, niños, tareas del hogar, etc.).

Por ello, quizás sea más funcional enseñarles a aplicar diferentes estrategias, donde puedan aprovechar el entorno natural para generar aprendizajes de forma más ecológica (sin la necesidad de “volver a hacer terapia en casa”) sacando partido a las rutinas y actividades cotidianas que se realizan junto al menor.
Algunas de las estrategias que favorecen el desarrollo fonológico del niño son: las reformulaciones, la estimulación focalizada y las peticiones de clarificación.

• Reformulaciones: consisten en introducir la palabra “error” en un enunciado, sin obligar al niño a repetirla de nuevo, para que reciba feedback con el modelo adecuado. Por ejemplo: si el niño dice “mañana no hay tole”, el adulto incluirá la palabra “tole” en una oración, ej. “Si, mañana no hay cole porque es sábado”.

• Estimulación focalizada: consiste en presentarle un estímulo de forma continuada con el fin de aumentar el número de exposiciones del niño a esa determinada palabra. Ejemplo: si estamos jugando con él a los médicos y dice que le duele el “pe” en lugar del “pie”, podremos exponerlo al estímulo diciendo: ¿te duele el pie? Vamos a curarte el pie. ¿Me curas ahora mi pie?

• Petición de clarificación: se trata de hacerle un comentario o pregunta que indique que no ha sido entendido para que revise su producción. OJO: debemos ser cautelosos, ya que esta estrategia solamente se podría utilizar si sabemos que realmente tiene el fonema en su repertorio y va a ser capaz de autocorregirse para no crear frustración comunicativa. Algunos ejemplos de preguntas/ comentarios pueden ser ¿qué?, ¿cómo?, no te he oído.
Y, ¿qué actividades podemos realizar aprovechando el entorno natural?

1. Podemos utilizar las actividades de la rutina como vestirse, poner la mesa, ordenar los juguetes, para que el niño vaya nombrando las diferentes prendas de vestir, los utensilios que coloca en la mesa, etc. Otro ejemplo sería, durante la compra en el supermercado, pedirle que vaya denominando aquello que echamos en el carrito.
Si produce mal alguna palabra, le daremos feedback con el modelo correcto.

2. En los momentos de espera o trayectos en el coche podemos “jugar a las adivinanzas”, dándole una pequeña descripción de un determinado objeto/animal u otro. Cuando este adivine de qué se trata y nos diga la palabra, si se ha equivocado en su producción, como siempre le daremos feedback con el modelo correcto (sin obligarlo a repetir, aunque si se corrige por sí mismo deberemos reforzarlo con una gran ovación).

3. Durante el juego, podemos aprovechar esos ratitos lúdicos para introducir pequeñas tareas de conciencia fonológica. Por ejemplo, mientras construimos una torre, podemos pedirle que antes de poner una pieza piense en una palabra que empiece por una sílaba determinada (“Vamos a pensar una palabra que empiece por…/ME/”). Tras varios turnos, en los que por supuesto nosotros también jugaremos a decir palabras, tiraremos la torre convirtiéndolo en un momento muy divertido.

Espero que este breve post os haya sido de utilidad, nos vemos el mes que viene con otros temas de interés.

foto Laura

Laura Martínez Navarro

Logopeda y experta en Atención Temprana.