Los niños y niñas de ‘El cole de Celia y Pepe’ recibieron el pasado 21 de junio las medallas de judo como reconocimiento a su buen comportamiento y esfuerzo durante sus clases extraescolares.

Durante una exhibición final, nuestros judokas pudieron demostrar todo lo que habían aprendido estos meses a sus padres y familiares, tras un año de parón de clases por la pandemia.

En total, seis niños de entre 7 y 14 años, cada uno a diferentes ritmos dependiendo de sus necesidades, han logrado cumplir con sus objetivos de la mano de sus profesores, Jaime, Pilar y Clara. Al final del acto de graduación, y como motivación en la práctica de este deporte, recibieron sus insignias.

Su progreso en este arte marcial se vio ya reflejado a principios de marzo, en un examen con el que estos niños y niñas demostraron las habilidades y técnicas de pie y de suelo que habían aprendido. Después, como cada año, todos ellos avanzaron en su color de cinturón, hacia el amarillo o naranja, algo de lo que se sintieron orgullosos.

Los beneficios del judo terapéutico

Desde el año 2018, algunos niños y niñas de ‘El cole de Celia y Pepe’ practican este deporte dos días a la semana. Es una actividad extraescolar que disfrutan y con la que aprenden a avanzar y superarse día a día.

La psicóloga y orientadora educativa Clara Sánchez, junto con la Fundación Querer, impulsó el proyecto del judo terapéutico en el colegio. Un deporte que, según los expertos, mejora la conducta y los problemas de psicomotricidad fina y gruesa en niños con problemas neurológicos y capacidad de aprendizaje.

Tal y como te explicamos en este artículo, el judo aporta múltiples beneficios a nuestros niños y niñas, quienes trabajan de forma progresiva y lúdica el desarrollo de la psicomotricidad, la capacidad de coordinación, el control motor, el equilibrio y la atención. A través de ejercicios y juegos, nuestros judokas también mejoran su confianza y autoestima y pierden el miedo al contacto físico.

Por otro lado, los entrenamientos siguen siempre una misma rutina, dentro de los contenidos diversos de las clases, que a este tipo de niños con dificultades les ayuda mucho a autorregular su comportamiento. “Adaptamos las clases para que cada uno consiga sacar el mayor beneficio. Hemos notado mucha evolución estos años”, manifiesta Clara.

Por su parte, Jaime se muestra orgulloso de sus alumnos tras su primer año como profesor. “Encontré la manera de que todos, dentro de sus limitaciones, aprendieran lo que quería. Los padres acabaron muy contentos porque se vio su esfuerzo», declara.

Competiciones con el club CDE Kouun

Además de las clases en el colegio, los niños y niñas se han animado este año a participar en diferentes competiciones con el club CDE Kouun, en Rivas. Compartir con gente diferente les ayuda a comprobar sus avances, a aprender de lo que saben otros y a disfrutar de otros entornos y personas.

Estas experiencias, además, les ayudan a crecer, a aprender a comportarse en un ambiente de competición, a ganar y perder y, sobre todo, a caer y levantarse.

Sabemos que nuestros judokas son ya expertos en ello, cada día se enfrentan a retos y luchan por crecer y aprender. Estamos seguros de que continuarán avanzando y mejorando en este deporte y de que les ayudará ganar muchos otros combates a lo largo de su vida.