En ‘El Cole de Celia y Pepe’, colegio de educación especial de la Fundación Querer, especializado en alumnos con enfermedades raras y trastornos neurológicos que afectan al aprendizaje, la comunicación y el lenguaje, la atención educativa está adaptada a las necesidades específicas de cada niño y niña.

Para dar respuesta a las dificultades de sus alumnos y potenciar al máximo su desarrollo, profesores, terapeutas y profesionales médicos trabajan de forma holística: «Contamos con los profesionales que entendemos que necesitan este tipo de alumnado. Tenemos figuras como terapeutas ocupacionales, logopedas, psicólogos, neuropsicólogos, psicopedagogos y, por supuesto, profesores especializados en Pedagogía Terapéutica (PT) y Audición y Lenguaje (AL)», señala Susana Lominchar, directora del colegio.

El objetivo, explican desde el centro, es «proporcionar a los niños con necesidades educativas especiales una educación integral y personalizada para ayudarles a alcanzar su máximo potencial».

Evaluaciones a nivel cognitivo, social y emocional

Para poder dar este servicio especializado, el centro lleva a cabo un proceso que inicia con una anamnesis: «Cuando una familia muestra interés en nuestro colegio, hacemos una recogida de informes a todos los niveles: médico, terapéutico, educativo, etc. Esto nos va a permitir tener una visión de ese futuro alumno».

Una vez recogida esta información, el equipo directivo del colegio tiene una entrevista personal e individualizada con la familia y el niño para conocerle más de cerca: «Realizamos una evaluación de observación que nos amplíe toda la información que nos han enviado las familias para saber si finalmente somos la mejor opción y este niño va a poner beneficiarse de todos los recursos que ponemos a su alcance».

«Realizamos una evaluación psicopedagógica para identificar las fortalezas y debilidades del alumno en diferentes áreas»

En una segunda fase, el equipo complementa los informes con una evaluación clínica a nivel social, emocional y cognitivo, que permite detectar las necesidades del niño y adaptar el tratamiento e intervención a éstas, desde el área de la psicología, logopedia y terapia ocupacional. «Posteriormente, realizamos una evaluación psicopedagógica con el objetivo de identificar las fortalezas y debilidades del alumno en diferentes áreas del aprendizaje y el desarrollo», explica Sara Herrero, neuropsicóloga y directora del Gabinete multidisciplinar de la Fundación Querer.

Adaptación Curricular Individualizada

Después de estas evaluaciones, donde el equipo ha podido valorar tanto los aspectos clínicos como educativos del alumno, se pasa a realizar una Adaptación Curricular Individualizada (ACI). «En ella, se especifican las necesidades educativas que el alumno presenta, así como el nivel de concreción curricular», señala Elisa Peinado, coordinadora pedagógica del colegio.

«Presentamos a la familia una propuesta curricular donde vienen los objetivos terapéuticos y pedagógicos que se van a trabajar con el niño»

El ACI adaptará el currículum ordinario de la enseñanza obligatoria a las necesidades del alumno y, a su vez, contendrá una programación de objetivos, contenidos y evaluaciones diferentes. Incluso podrá incluir orientaciones metodológicas y materiales adecuados para el niño. «Presentamos a la familia una propuesta curricular donde vienen los objetivos a nivel terapéutico y pedagógico de las necesidades que tiene el niño y de los objetivos que se van a trabajar con él», añade Peinado.

Métodos adaptados a las necesidades del alumnado

El alumno inicia aquí una etapa en la que formará parte de un aula, de un máximo de seis alumnos, organizada por rango de edades, pero sobre todo por características y necesidades particulares. El niño impartirá materias curriculares (matemáticas, ciencias, educación física o inglés), adaptadas a su nivel y necesidades. En este caso, ‘El Cole de Celia y Pepe’, por las dificultades de su alumnado en la comunicación, elabora un método de lectoescritura propio y adaptaciones de sus materias, como es el caso de las matemáticas, con el ‘Método Singapur’.

Por otro lado, el centro también desarrolla una metodología de aprendizaje del inglés como segunda lengua. «Tenemos en cuenta las necesidades de los niños para ayudarles a aprender inglés de una forma divertida e individualizada», señala Benjamin Pitters, profesor de inglés del centro, quien inició este proyecto hace cinco años: «Desde nuestra experiencia, podemos decir que aprender una segunda lengua es posible para estos niños».

Además, es importante no dejar de lado el desarrollo de la parte motora, afectada también en estos alumnos. «Atendemos las necesidades que se plantean desde el perfil evolutivo del niño para mejorar las habilidades motrices de cada uno de ellos y mejorar así su autonomía en el día a día«, explica Daniel Barroso, profesor de educación física del centro, que también lleva a cabo un proyecto de fútbol terapéutico junto a la Fundación Atlético de Madrid.

«Entramos en las clases de lectoescritura y estimulación del lenguaje y realizamos sesiones individuales con cada niño»

Trabajo interdisciplinar de profesores y terapeutas

Los maestros realizan este trabajo siempre de forma interdisciplinar con las demás áreas y profesionales terapéuticos que forman parte del centro: psicólogos, logopedas y terapeutas ocupacionales, que trabajan tanto dentro como fuera del aula, de forma individual con el alumno. «Entramos en las clases de lectoescritura y también de estimulación del lenguaje y, por otro lado, realizamos sesiones individuales con cada niño atendiendo a las necesidades que presentan tanto a nivel de lenguaje como de lectura», explica Luis Rojas, logopeda.

Lo mismo realiza la terapeuta ocupacional, quien, tanto de forma grupal como individual, trabaja para mejorar las habilidades de preescritura y regulación sensorial del alumno, «partiendo de la motivación a través del juego», explica Eva Mora, terapeuta ocupacional. Además, «adaptamos el aula a cada peque parar mejorar su entorno». En cuanto a los psicólogos, se encargan de estimular cognitivamente al niño y trabajar también sus emociones.

Durante el curso, el profesorado realiza, al igual que en centros ordinarios, evaluaciones trimestrales. No obstante, como rasgo diferencial, estos informes de evaluación incluyen la parte clínica, además de la educativa. «Siempre, de manera regular, tenemos reuniones con las familias para comentar y debatir porque siempre les gusta tener un buen seguimiento del aprendizaje y desarrollo de sus hijos», asegura Carolina Pérez, maestra de AL y coach educativa. Esto, junto con el trato directo con los médicos, permite que el centro pueda adaptarse y comprender muy bien en qué momento está cada alumno.

Investigación y formación

Vinculado directamente con ‘El Cole de Celia y Pepe’, y con la firme convicción de la importancia de las investigaciones científicas en la atención a los alumnos con discapacidad, la Fundación Querer desarrolla distintos proyectos científicos y educativos como son el relacionado con la ‘Sonrisa de Duchenne’, con el ‘Impacto de las terapias visuales en el rendimiento académico de niños con trastornos neurológicos’ o con la ‘Modulación y reactividad sensorial en el aprendizaje’.

Además, la fundación traslada su conocimiento a otros profesionales y familias. «Nos parece muy importante la formación específica en atención a la diversidad de los profesionales. Basándonos en nuestras experiencias en el cole, diseñamos formaciones a otros profesionales del ámbito clínico y educativo, también a las familias«, explica Laura Plaza, maestra y responsable de innovación educativa y formación. El objetivo será siempre, aseguran, que el máximo número de niños pueda beneficiarse de esta metodología de trabajo que ha demostrado ser eficaz.