Al finalizar el primer trimestre escolar, padres o profesores pueden haber detectado cierto retraso en el rendimiento de algunos niños. Por ello, Irene Pascual Zapatero, neuropsicóloga del Hospital Ruber Internacional y de la Fundación Querer, recomienda aprovechar este periodo vacacional para evaluar el origen de estas dificultades y valorar si el alumno necesita una intervención terapéutica o pedagógica.

Las evaluaciones neuropsicológicas son una herramienta fundamental para detectar de forma precoz un posible deterioro cognitivo en adultos o realizar una adecuada intervención para tratar o incluso paliar una futura discapacidad intelectual en niños. Irene Pascual, especializada en neuroeducación, atención temprana y autismo nos explica la utilidad de este método de diagnóstico para intervenir de forma precoz tanto a pequeños como a mayores.

Pregunta: ¿Para qué tipo de personas es recomendable una evaluación neuropsicológica?

Respuesta: Una evaluación neuropsicológica es válida para todos los públicos. Es más, se realiza desde pequeños hasta personas con deterioro cognitivo. ¿Cuál es el objetivo? Determinar cuál es el rendimiento cognitivo en el día a día, averiguar si existe alguna dificultad que pueda correlacionar lo que está pasando con cómo están funcionando las redes neuronales y si eso tiene un origen.

En los niños se hace si se sospecha de un trastorno del neurodesarrollo o un trastorno del aprendizaje; en adultos tras un accidente cerebrovascular, un traumatismo craneoencefálico; y en mayores si se sospecha de un deterioro cognitivo o de una demencia.

P: Muchas familias recurren a las evaluaciones neuropsicológicas por dificultades de atención, memoria o comprensión en el niño, por ejemplo, pero desconocen cuál es el problema real vinculado a ellas…

R: En muchas ocasiones, los papás vienen con una demanda y el origen es diferente al que se hipotetizaba. Yo siempre lo explicó así: la persona viene con tos (síntoma) y lo que debemos descubrir es por qué tiene tos (origen), ¿es faringitis, laringitis, constipado? Aplicado a nuestro campo, el niño acude por despistes, por ejemplo, y debemos averiguar si es porque la propia red atencional está inmadura y presenta un trastorno de tipo déficit de atención e hiperactividad (TDAH) o es porque está tan preocupado por otras cosas que no focaliza en lo que los demás consideran importante y los despistes vienen derivados de un foco ansiógeno. Eso es una evaluación neuropsicológica, medir cómo están las redes neuronales, ver el rendimiento que tienen y valorar si pueden explicar el comportamiento que estoy teniendo en el día a día.

«La evaluación neuropsicológica es primordial para un diagnóstico temprano»

P: ¿Qué signos deben alertar a padres o familiares? ¿Cuándo es necesario que se evalúe a un niño?

R: Esta pregunta requiere de una respuesta muy amplia, ya que la sintomatología de riesgo es dependiente de la edad y puede ir variando, pero algunos signos de alerta podrían ser: dificultades para aprender a leer o escribir, así como para comprender lo que leo, despistes atencionales, resistencia a hacer los deberes, ausencia de planificación, rabietas descontroladas, dificultades en las relaciones sociales, dificultades para entender bromas, ironías o dobles sentidos, inquietud motora, necesidad de supervisión constante, dificultades para la comprensión de problemas matemáticos… etc.

P: Llegan las vacaciones de Navidad y, después de los primeros meses de curso, profesores o padres pueden haber detectado alguno de estos signos de alerta y tener dudas. ¿Es un buen momento para evaluar al niño o es pronto para hacerlo?

R: El periodo vacacional de Navidad es una de las fechas en las que aumentan las demandas ya que, tras los primeros meses de curso, se han podido detectar algunas dificultades en el niño. Son fechas muy socorridas para la realización de la evaluación por encontrarnos en periodos de descanso. Los padres pueden aprovechar estos días para obtener un diagnóstico y dar al niño las ayudas que necesite.

P: ¿Por qué es importante realizarlas de forma precoz?

R: La evaluación neuropsicológica es primordial para un diagnóstico temprano. Este diagnóstico es el punto de partida para poder estimular o rehabilitar el daño y compensar el déficit asociado a muchas patologías y que puede reducirse con un tratamiento precoz.

«Es importante generar una buena vinculación, tanto con los padres como con el niño»

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