El cerebro con TDAH se preocupa demasiado por «qué pasaría si» y «podría estar mal». Necesita estrategias para calmar su ansiedad, reiniciar su brújula y volver a dormir por la noche.

Todos tenemos días en los que no terminamos mucho porque estamos preocupados por algo que se nos ha pasado por la cabeza. Estas reflexiones pueden ser provocadas por alguien que nos mira divertido mientras viaja en el autobús («¿Tengo rímel o crema de afeitar en la cara?») O esperando resultados de análisis de sangre («OMG, ¿qué enfermedades tengo?»). Es difícil acallar el cerebro del trastorno por déficit de atención (TDAH) cuando se trata de algo, pero aquí hay estrategias que funcionan para mí.

 

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