Las estereotipias son movimientos repetitivos que siguen un repertorio particular propio de cada persona, y que suelen darse en niños con TEA (Trastornos del Espectro Autista), aunque no es el único grupo de población que pueden presentarlas. Estos movimientos presentan características como:

Solo ocurren mientras el niño o niña están despiertos

Suelen ser bilaterales y afectan mayormente a las extremidades superiores

Duración variable

Son recurrentes

Pueden finalizar cuando el niño se distrae, se proporciona algún estímulo sensorial o cambia de actividad

Suele iniciarse antes de los 3 años

Ésta es la manera en que el niño recupera su equilibrio frente a una sobreexigencia, por exceso de estímulos, por falta de estímulos o incluso por dolor.

Tienen una utilidad para el menor de tal manera en que le ayudan a controlar la ansiedad, responder y controlar estímulos externos, organización del pensamiento y control de sobrecarga sensorial en determinados momentos. Pueden darse acompañados de sentimientos o emociones como enfado, alegría, ansiedad…

Las estereotipias más comunes son los movimientos repetitivos de manos o dedos, aleteo, frotarse, balancearse…

TRATAMIENTO

La decisión de tomar o no medidas contra las estereotipias depende de la repercusión que éstas mismas tengan, teniendo en cuenta, mayormente, que no impliquen conductas autolesivas.

Cuando implican autolesiones, deben ser abordadas, ya que no son una vía adecuada de expresión, y además, pueden contribuir al aislamiento de la propia persona.

Para tratarlas, es importante analizar los factores que ocasionan estos movimientos. El objetivo es descubrir el origen para así tratar de disminuirlos, sustituirlos o incluso eliminarlos.

 

 

Tamara Rojo Martín
Experta en Atención Temprana y coordinadora del blog www.miradaespecial.com