La trabajadora social es una figura esencial en el Tercer Sector. Se trata de una profesional que, por un lado, ayuda a las familias a buscar y gestionar recursos y ayudas y, por otro, da apoyo y comprensión.

«Fomentamos una relación de confianza que va más allá de hacer un trámite burocrático o informar de recursos. Es importante que las familias tengan un referente de alguien que sabe su historia y les comprende», asegura Cristina Herencia, trabajadora social de la Fundación Querer.

Hablamos con Cristina Herencia sobre la importancia del trabajo social en personas con discapacidad y sus familias:

Pregunta: ¿Qué es el trabajo social?

Respuesta: Lo describiría como una profesión con una metodología que se centra en mejorar la calidad de vida de las personas. Nuestra intervención se dirige principalmente a promover los recursos de la comunidad e intentar impulsar a la persona para que pueda superar sus conflictos, dificultades o situaciones adversas. Asesoramos a individuos y familias, ayudamos a obtener los servicios adecuados y trabajamos con personas con discapacidad para mejorar su calidad de vida, entre muchas otras cosas.

P: ¿Desde qué ámbitos dais servicios? 

R: De una manera muy general, podemos desarrollar nuestra profesión en los servicios sociales comunitarios. El más conocido es el Sistema Público de Servicios Sociales, para la orientación y derivación, en su caso, hacia otras prestaciones y recursos de otros sistemas de protección social. También en justicia e instituciones penitenciarias, vivienda, educación y salud, entre muchos más.

De forma privada, el más representativo es el Tercer Sector, integrado por organizaciones y entidades sin ánimo de lucro que trabajan contra la exclusión social con programas preventivos, asistenciales, formativos, de inserción social y laboral a nivel local, desarrollando, en muchos casos también, programas de cooperación internacional.

Un trabajador social debe tener en cuenta las inquietudes, necesidades, motivaciones o temores de las familias y trabajar para que el futuro de sus hijos en la edad adulta alcance un desarrollo pleno

P: ¿Por qué es importante vuestra labor con las personas con discapacidad? 

R: En mi opinión, es fundamental que el profesional de Trabajo Social conozca y adecúe las medidas necesarias para una intervención correcta frente a grupos de personas con discapacidad. Forman parte de un todo, por lo tanto, no debería haber ningún tipo de excepción.

Para hablar de una inclusión real y efectiva es importante referirse a cuáles son las necesidades que tienen las personas con discapacidad, sobre todo a su desenvolvimiento social, su autonomía y sus necesidades socio-emocionales, lo que permitirá conocer cuáles son sus capacidades, no estereotipando ni discriminando su nivel intelectual. La inclusión de las personas con discapacidad garantiza la paridad de oportunidades y sus derechos independientemente de las condiciones que presenten, buscando fomentar una lucha por la igualdad.

P: ¿Qué aspectos debe tener en cuenta el trabajador social a la hora de trabajar con estas personas?

R: Un trabajador social que desarrolla su actividad con personas con discapacidad, en mi caso con niño/as y adolescentes, debe tener en cuenta las inquietudes, necesidades, motivaciones o temores de las familias y trabajar para que el futuro de sus hijos en la edad adulta alcance un desarrollo pleno, por eso considero que la labor del trabajador social no solo debe servir para ayudar a sus usuarios, sino también, para hacer entender la realidad que estos viven al resto de la sociedad. Los trabajadores sociales y demás profesiones que desarrollan su actividad en el mundo de la discapacidad tenemos mucho trabajo por delante.

«Las familias se enfrentan al desconocimiento de los recursos a los que pueden optar y también a la falta de tiempo para realizar las gestiones»

P: Dependiendo de la fase y de la edad de las personas, ¿vuestras funciones cambian?

R: Las funciones de un trabajador social, tales como planificación, atención directa, promoción y evaluación suelen ser las mismas independientemente de factores como edad y situación del usuario, lo que cambia son las acciones en la intervención. Por ejemplo, en familias con niños muy pequeños con discapacidad se inicia desde el primer contacto con el usuario: la acogida, la manera de presentarnos, la calidad de la escucha, paciencia… Las familias deben percibir que la figura del trabajador social es de acompañamiento, facilitador de recursos y una figura de apoyo dentro de un equipo multidisciplinar. El centro de atención temprana va a ser el primer contacto de las familias con los servicios sociales especializados y una referencia en las primeras etapas.

Continuamos con la etapa más importante, la adolescencia, porque condicionará notablemente la vida adulta. En esta etapa, el trabajador social incide en la planificación de acciones inclusivas. Después, en la etapa adulta, los trabajadores sociales de centros ocupacionales, centros de día y pisos tutelados se integran dentro de equipos donde la función se centra en coordinar acciones dentro de proyectos de integración, formaciones, oportunidades laborales y actividades de ocio.

«Cualquier trámite suele ser complejo por los requisitos que se exigen, no hay recursos para toda la demanda»

P: ¿A qué desafíos se enfrentan las familias a la hora de gestionar solas los trámites y procesos burocráticos?

R: En muchas ocasiones se enfrentan al desconocimiento de los recursos a los que pueden optar y también a la falta de tiempo para realizar las gestiones. En el caso de la discapacidad, se añaden las valoraciones para el reconocimiento de discapacidad y dependencia, que suele ser una situación que genera estrés. Mi intervención se dirige, en estos casos, a ayudar a preparar las valoraciones, anticipándoles cómo va a ser para dales seguridad.

Otro tramite especialmente complejo es el de la escolaridad de alumnos con discapacidad. En muchas ocasiones, a las familias les falta información sobre los recursos de apoyo educativo, tipos de escolaridad y de alumnos de necesidades educativas especiales. Es importante facilitar el acceso a esta información para que las familias sientan que la opción escogida es la que mejor se adecúa a las capacidades de sus hijos.

En general, cualquier trámite suele ser complejo por los requisitos que se exigen, no hay recursos para toda la demanda, por lo que las solicitudes de ayudas, sean prestaciones, ayudas de emergencia, informes para derivaciones a bancos de alimentos, el IMV, solicitar valoración de dependencia, etc., se acompaña de mucha documentación, hay que “demostrar” que se necesita la ayuda. He tenido casos en los que el usuario ha necesitado cinco citas hasta completar la documentación. En estas ocasiones hay que tener paciencia y explicar cuantas veces sea necesario lo que deben hacer.

«Para ser trabajador social se requiere sobre todo solidaridad, comprensión y mucha fortaleza puesto que nos vamos a encontrar con situaciones difíciles»

P: ¿Qué cualidades necesita tener una trabajadora social?

R: Para ser trabajador social se requiere, sobre todo, solidaridad, comprensión y mucha fortaleza puesto que nos vamos a encontrar con situaciones difíciles. Entre las cualidades, destacaría la empatía, amabilidad, organización, capacidad de análisis, pensamiento crítico sin prejuicios, respeto, escucha activa, no ser invasivo, compromiso y resiliencia.

P: Tratáis con familias y personas que se encuentran en situaciones de especial vulnerabilidad, por ejemplo, después de recibir un diagnóstico… ¿Cómo afrontas estas situaciones?

R: La inteligencia emocional ayuda, sin duda, a gestionar las crisis y a actuar de forma positiva frente a situaciones traumáticas. En ocasiones, me enfrento a situaciones difíciles en las que el nivel de empatía causa sufrimiento. En esos momentos, me vuelco con las personas que están atravesando circunstancias muy adversas con respeto, haciéndoles ver que pueden contar con mi ayuda y comprensión, con compromiso e implicación. En definitiva, reconduzco las emociones en objetivos alcanzables.

«El trabajo social se basa en la responsabilidad colectiva, los derechos humanos, la justicia social, el respeto a la diversidad, etc., con el fin de ayudar a las personas a afrontar situaciones extremas»

P: ¿Por qué crees que es importante la figura de la trabajadora social?

R: A lo largo de nuestra vida nos encontraremos con dificultades y el trabajador social es un profesional que se interesa, valora la situación, asiste en los procesos y, como conocedor de los recursos, ofrece soluciones. El trabajo social se basa en la responsabilidad colectiva, los derechos humanos, la justicia social, el respeto a la diversidad, etc., con el fin de ayudar a las personas a afrontar situaciones extremas.

P: ¿Por qué animarías a las familias con personas con discapacidad a recurrir a esta figura?

R: La trabajadora social, ante todo, es una persona que trabaja en una profesión vocacional, se la presupone unas habilidades sociales y comunicativas. Además de ayudar a buscar y gestionar recursos, va a ser una figura de apoyo y comprensión. Fomentamos una relación de confianza que va más allá de hacer un trámite burocrático o informar de recursos, es importante que las familias tengan un referente de alguien que sabe su historia y les comprende. Sin duda, animo a toda familia de personas con discapacidad a que contacten con su trabajador social más cercano, se van a sentir cómodos y acogidos.