El trastorno del desarrollo del lenguaje (DLD) es un problema de comprensión y/o uso del lenguaje. Leer y escribir puede ser difícil para una persona con DLD, pero el problema es más amplio que eso. Desde una edad temprana, las personas con DLD tendrán dificultades para usar el lenguaje cuando hablan o entienden el habla de otras personas. DLD es 50 veces más frecuente que la discapacidad auditiva y cinco veces más frecuente que el autismo. Los niños con DLD son considerablemente más lentos que otros niños para desarrollar vocabulario y gramática oral a pesar de la inteligencia normal y las amplias oportunidades. DLD es una condición de por vida que afecta las funciones sociales y académicas.

 

Identificación de los trastornos del desarrollo del lenguaje (DLD)

La detección de problemas de lenguaje hablado como DLD no es una rutina en nuestras escuelas; aunque los profesionales de la escuela evalúan rutinariamente problemas de visión, audición y lectura. Esto es lamentable porque DLD es una discapacidad común pero oculta. ¿Cómo se produce el diagnóstico de un niño con DLD? Por lo general, el proceso comienza cuando un adulto comprensivo comparte inquietudes sobre la capacidad de comunicación de un niño o nota comportamientos que podrían ser signos de mala comunicación, como tener mal comportamiento o fallar en el aula. Este adulto podría ser un padre u otro pariente o profesional, como un maestro o un pediatra. Una serie de banderas rojas en el desarrollo del habla y el lenguaje del niño pueden desencadenar estas preocupaciones. El siguiente paso es buscar una evaluación de un logopeda.

 

Evaluar la comunicación 

Un logopeda realiza la evaluación del niño. La naturaleza de la evaluación dependerá de la edad del niño y las preocupaciones que motivaron la evaluación. Por lo general, el logopeda evaluará el interés del niño en comunicarse, la facilidad con que el habla del niño es comprensible y la capacidad del niño para comprender y expresar palabras y oraciones. La evaluación generalmente tiene tres pasos: 

1. El logopeda entrevista a los padres y al maestro, si el niño está en la escuela. El objetivo de las entrevistas es documentar la historia educativa y de salud del niño y conocer las fortalezas y debilidades del niño en el área de la comunicación.

2. El logopeda observa al niño durante la conversación o la narración. El objetivo es observar problemas al pronunciar palabras, encontrar las palabras correctas, construir oraciones gramaticales o incluir información relevante. Si el niño está en la escuela, el logopeda probablemente lo observará en el aula para documentar cualquier problema que tenga al comprender a su maestro o al participar en la conversación en el aula.

3. El niño tomará una batería de pruebas estandarizadas. El objetivo de las pruebas es comparar el habla, el lenguaje y la comunicación general del niño con los niveles esperados dada su edad. 

 

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