El yoga, una práctica educativa para niños con necesidades especiales

Andrea Rodríguez Martínez. El Yoga es una tradicional disciplina física y mental que se originó en la India, hace más de 3000 años. Según Iyengar B., uno de los maestros de yoga más importantes del mundo, el yoga significa unión, unión entre cuerpo, mente y espíritu. Es decir, es “la unión del cuerpo con la mente y de la mente con el alma.” Nos ayuda a encontrar el equilibrio interior y dada su tradición milenaria, le otorga una base rígida con valores importantes, que se caracteriza por tener una filosofía que integra al SER en todas sus dimensiones. A través de ella, los niños ejercitan su respiración y aprenden a relajarse para poder hacer frente al estrés, a las situaciones conflictivas y a la falta de concentración, problemas tan evidentes en la sociedad actual. El yoga les ayudará en su largo camino hacia el dominio físico y psíquico y practicarlo como si fuera un juego, podría ayudarles a adquirirla como un hábito o rutina diaria y así, lograr su principal objetivo: relajarse y a ampliar su capacidad de concentración. Tal y como dice Shakta Kaur Khalsa en su libro “Yoga para niños: el vuelo de la mariposa”, el yoga se dirige al niño de manera integral, incluyendo la conexión cuerpo/mente. Esta actividad también trabaja fortaleciendo y organizando el sistema nervioso, lo cual es esencial para los niños con necesidades especiales. Estimula a que fluya su creatividad, que sus miedos, angustias y tristezas se desvanezcan, que su confianza en sí mismos brille, y que sus mentes y corazones trabajen al unísono.