En los laboratorios de Stanford Medicine, un grupo de investigadores acaba de dar un paso que podría marcar un antes y un después en la comprensión del trastorno del espectro autista (TEA). El hallazgo: la hiperactividad en el núcleo reticular talámico —una zona del cerebro que actúa como filtro entre el tálamo y la corteza— parece estar directamente vinculada con comportamientos asociados al autismo.

Lo realmente sorprendente es que, al reducir esta actividad mediante fármacos experimentales y técnicas de neuromodulación, lograron revertir en ratones síntomas semejantes al autismo, que iban desde convulsiones hasta déficits sociales.

El estudio, publicado en Science Advances, fue liderado por John Huguenard, profesor de neurología y ciencias neurológicas, junto con el investigador postdoctoral Sung-Soo Jang.

Ellos trabajaron con un modelo de ratones modificados genéticamente para simular el autismo. Al exponerlos a estímulos como la luz o ráfagas de aire, el núcleo reticular talámico mostraba una actividad desbordada, que no solo se disparaba durante interacciones sociales, sino que también provocaba convulsiones espontáneas.

Lo más llamativo fue comprobar que algunos de estos fármacos están en investigación para la epilepsia, lo que refuerza la conexión entre ambos trastornos. No en vano, la epilepsia afecta hasta al 30 % de las personas con autismo, frente a apenas el 1 % en la población general.

Los experimentos que cambiaron la conducta

Los investigadores probaron con el Z944, un fármaco experimental para las convulsiones. El resultado: los ratones tratados mostraron una reducción significativa en conductas autistas.

Pero no se quedaron allí. También recurrieron a la neuromodulación basada en DREADD —una técnica de ingeniería genética que hace que las neuronas respondan a fármacos diseñados específicamente—. Con este método lograron apagar la hiperactividad del núcleo reticular talámico y normalizar el comportamiento de los ratones.

Incluso lograron lo opuesto: inducir síntomas tipo autismo en ratones sanos, simplemente aumentando la actividad de esa misma región cerebral.

El hallazgo sitúa al núcleo talámico reticular como un objetivo de tratamiento innovador para el autismo, y también ayuda a comprender por qué autismo y epilepsia suelen coincidir en los mismos individuos.

Como concluyen los autores en el estudio titulado “La hiperexcitabilidad reticular talámica impulsa las conductas del trastorno del espectro autista en el modelo de autismo Cntnap2” (Sung-Soo Jang, Fuga Takahashi y John R. Huguenard, publicado el 20 de agosto de 2025 en Science Advances), estamos ante una pista que podría redefinir la forma en que abordamos los trastornos del neurodesarrollo.

Referencia: Science Advances, DOI: 10.1126/sciadv.adw4682