El mundo que nos rodea está lleno de sensaciones. La entrada de estas sensaciones en nuestro cuerpo las tenemos que procesar e interpretar a través de nuestros sentidos. Esta información la usamos para participar en actividades cotidianas, pero no todos organizamos esta información de una manera óptima.
Y para entender qué ocurre en el proceso de la información de sensaciones recordemos los 5 sentidos … tacto, vista, oído, olfato y gusto. Sin embargo, también recibimos aportes a través de dos sentidos adicionales: El sentido vestibular, o sentido de movimiento y equilibrio, que nos da información sobre dónde está nuestra cabeza y nuestro cuerpo en el espacio. Nos permite permanecer de pie mientras nos sentamos, paramos y caminamos o simplemente podemos mantenernos sentados.
Y el sentido de la propiocepción , o el sentido de conciencia del cuerpo, este nos informa dónde se encuentran nuestras partes del cuerpo entre sí sin tener que mirarlas. También nos da información sobre cuánta fuerza usar en ciertas actividades, lo que nos permite abrir un huevo sin romperlo en nuestras manos o coger un vaso plástico lleno de agua sin derramarlo ni sujetarlo demasiado fuerte.
Diariamente las actividades requieren que combinemos la información de varios sentidos al mismo tiempo, y en la mayoría de los casos, los niños con dificultades en el desarrollo tienen dificultades para procesar las sensaciones recibidas, lo que hace que las tareas diarias como comer, desvestirse, vestirse, jugar, alimentarse o participar en la escuela sean frustrantes.
Pensemos por un momento qué sensaciones nos encontramos en un corto tiempo en el colegio: ruidos en el pasillo mientras nos dirigimos al aula, niños corriendo a nuestro alrededor, puede ser que alguien pase con una mochila a nuestro lado y nos roce o nos empuje y hasta podemos caernos (puede ser molesto) … cuando queremos colgar nuestra mochila la profesora pide que nos sentemos y los demás niños siguen hablando, riendo y alguno saltando (y con todo esto puede que nos perdamos en el objetivo que teníamos, que era el de sentarnos – o incluso el de colgar la mochila!)…. ¡Aún falta ponerse el baby! Ahora hay que ubicar la parte de delante y de atrás, abrochar botones algunos de ellos más pequeños de los que las manos pueden manejar y tal vez la etiqueta de este baby cuando lo ponga también puede ser molesta… y si suena el timbre o una campana…después hay que sacar el libro que ha pedido la profesora, hay que buscarlo dentro de la mochila que está llena con más cosas y otros libros… en fin no es tán fácil como parece.
Después llega la hora de la comida y oh! Nos encontramos con alimentos que tal vez con la simple vista podamos rechazar y luego encontramos alimentos mezclados, como la carne con guisantes, zanahoria y patatas… todo en uno, luego hay que coger la cuchara y llevarla a la boca, además hay que permanecer sentado …¡cuántas sensaciones!
Esto es un simple ejemplo de lo que un niño en tan solo unas horas recibe y debe procesar con una respuesta óptima. Un buen procesamiento de toda la información nos permite aprender, jugar y socializar y en general funcionemos en el mundo.
El día a día para los niños con dificultades en el desarrollo o en el aprendizaje es un completo reto y las actividades cotidianas se vuelven frustrantes y puede deberse a que esté teniendo problemas para organizar y utilizar la información de sus sentidos. A esto le podemos llamar disfunción de la integración sensorial.
Así que es importante que se identifique cómo procesan e interpretan las sensaciones para acompañarlos si presentan una disfunción en la integración sensorial para que se beneficien de una intervención profesional y puedan los niños responder de forma adecuada a los ambientes que les rodea.
La Dra Jean Ayres desarrolló el enfoque de la Integración sensorial para dar respuesta científica a las dificultades en el procesamiento de la información, en la actualidad nos referimos al Enfoque de la Integración sensorial de Ayres (ASI), este enfoque proporciona una evaluación y una intervención para estas dificultades. “La Integración y Procesamiento sensorial ayuda a las personas a “entender” el mundo que las rodea. Piense en todas las sensaciones que experimenta mientras se viste, se baña, camina o anda en bicicleta”.
Este artículo pretende que identifiquemos algunos indicadores o conductas de nuestros niños desde otro punto de vista, desde cómo procesan e interpretan las sensaciones; por ejemplo siempre que vamos al centro comercial hace pataletas y no es por hacerlas simplemente, en ocasiones rechazan ciertas comidas por que es muy difícil manejar la comida dentro de su boca o las texturas presentadas no son las más agradables…. Para ello es importante que desde los diferentes entornos en los que el niño participa: casa, colegio, parque… podemos encontrar:
Es demasiado sensible o reacciona poco al tacto, el movimiento, lo que ve o a los sonidos en el entorno.
Nivel de actividad alto o bajo.
Se distrae fácilmente, o presta poca atención a las tareas
Retrasos en el habla, las habilidades motrices o logros académicos
Problemas de coordinación, parece torpe o incómodo
Pobre conciencia corporal.
Dificultades para aprender nuevas tareas o descubrir cómo jugar con juguetes con los que no está familiarizado.
Parece desorganizado la mayor parte del tiempo.
Tiene dificultades al pasar de una actividad o un entorno a otro.
Habilidades sociales inmaduras
Impulsividad o falta de autocontrol
Dificultad para calmarse una vez que “se acelera”.
Si observamos alguna de estas conductas se recomienda buscar un terapeuta ocupacional especializado en el Enfoque ASI que ofrezca un enfoque integral e individualizad para el niño y su familia. abordar estas dificultades ayudara a los niños a que mejoren su capacidad para procesar y organizar la información sensorial en un ambiente donde pueden implicarse en varias experiencias sensoriales divertidas. La intervención puede ayudar a los niños a simplemente ser niños, jugar con sus amigos y disfrutar por completo de su infancia, al tiempo que aprenden a responder a un variado mundo de sensaciones.
Sorangui Márquez
Terapeuta ocupacional del Cole de Celia y Pepe.
