[vc_row][vc_column width=»2/3″][vc_column_text]Ana Cano

Logopeda y educadora infantil, especializada en atención temprana y trastornos de habla y lenguaje en niños.

[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/3″][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»2/3″][vc_column_text responsive_align=»left»]Los cuentos son desde hace generaciones un recurso que se ha utilizado como método de entretenimiento, fuente de información sobre otras épocas o culturas, o incluso como enseñanza de distintas lecciones a través de las fábulas.

Antiguamente se transmitían de manera oral, pero actualmente tenemos una gran cantidad de soportes que hacen de estos un elemento muy atractivo para los niños. En la escuela o en casa, los niños están en contacto con cuentos que podemos aprovechar para estimular el lenguaje de manera natural en diferentes etapas del desarrollo.

Con los más pequeños podemos contar historias cortas de animales, por ejemplo a través de marionetas, hacemos las onomatopeyas de cada animal, promoviendo que imiten sonidos y movimientos orofaciales que van a favorecer el lenguaje oral. Como ya os contamos en esta entrada del Blog de Lecturas con neuronas.

Según vayan creciendo los niños, iremos leyéndoles cuentos progresivamente más largos, aumentando así sus tiempos de atención. A través de estos, los niños van a ir integrando nuevo vocabulario de manera instintiva. También estimulan su habilidad lingüística, a través de oraciones de distinta dificultad semántica y léxica.

Si leemos el mismo cuento varias veces favoreceremos la memoria de los niños, les podemos pedir que nos digan qué recuerdan o que nos ayuden a contar el cuento con nosotros.

Favorecen también la organización del tiempo, hay diversos estudios que indican que comprender las relaciones temporales ayuda a desarrollar las capacidades matemáticas.

Con los más mayores podemos iniciar un acercamiento a la lectoescritura, gracias a los pequeños textos que suelen acompañar las imágenes. Podemos ir leyendo lo que pone mientras seguimos con el dedo las palabras, para que vayan asociando que cada conjunto de letras es una palabra por separado, y que estas tienen una representación escrita.

Si interpretamos los cuentos mediante pequeñas obras de teatro o poniendo voces mientras contamos las historias, estaremos fomentando la empatía de los niños, poniéndose en el lugar de otra persona que está viviendo experiencias que puede que ellos no hayan experimentado.

En el mercado podemos encontrar cada vez más cuentos con diferentes lecciones que son muy necesarias para los niños de esta generación, el cuidado del medio ambiente, la diversidad funcional, las nuevas estructuras familiares o el acoso escolar, entre otros, pueden hacer ver a los niños que hay muchas realidades que están presentes y con las que convivimos aunque no las veamos.

Por todo esto consideramos que los cuentos son una herramienta básica en el desarrollo de los niños. Para ir conociendo los que más recomendamos os animamos a seguir el blog «Lecturas con neuronas»

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Entonces :

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Ana Cano

Logopeda y educadora infantil.
Especializada en atención temprana y trastornos de habla y lenguaje en niños.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/3″][/vc_column][/vc_row]