significativo

 

En el presente post voy a plantear la importancia de la significatividad del aprendizaje. Es decir, tratar de dotar de significado el aprendizaje del alumnado en vez de intentar una educación mecánica y superficial, centrada en la memorización.

Para ello hemos de hacer referencia a la Teoría del Aprendizaje Significativo iniciada por David Ausubel. Según esta teoría, se trata de un proceso en el que el alumno/a relaciona la información nueva con la que ya posee. Una combinación de los conocimientos previos que tiene el individuo con los conocimientos nuevos que va adquiriendo. Por lo tanto, es necesario un proceso de reajuste y reconstrucción de toda la información. Así, para que el aprendizaje tenga lugar hay que relacionarlo con el significado que éste tiene para la persona y la motivación de la misma.

El proceso de aprendizaje significativo podría estar constituido por la recopilación de información por parte del sujeto, la selección, organización, y establecimiento de relaciones entre los conocimientos para almacenarla. Relacionar los nuevos conocimientos con nuestras experiencias vividas y otros conocimientos adquiridos. Teniendo en cuenta la necesidad de la atención previa y la motivación por parte del alumnado. Y todo ello, a través de las emociones que suscitan estos aspectos en el sujeto.
Este tipo de aprendizaje no sólo consiste en conectar una información con la otra, sino hacerlo a través de las emociones que sentimos en este proceso.

Algunos principios a tener en cuenta son:

– Tener presentes los conocimientos previos.
– Proporcionar actividades que logren el interés del alumnado.
– Crear un clima armónico de confianza.
– Proporcionar ideas que den lugar al debate, la opinión y el intercambio de ideas.
– Trabajar de manera práctica.
– Aprovechar la curiosidad del alumnado.
– Procurar un papel activo del alumnado.
– Aprovechar el error como fuente de aprendizaje.
– Reforzar y motivar los logros.

En la educación en general deberíamos intentar que el aprendizaje del alumnado estuviera adaptado a sus conocimientos previos, intereses y motivaciones. De tal manera que podamos atraer la atención de los alumnos, su curiosidad y ganas de aprender. Además de dotar de una funcionalidad y finalidad a lo trabajado en clase. No el aprender porque sí.

Por ejemplo, intentando acercar aquellos contenidos que pueden ser más abstractos y que suelen ser más arduos para el alumnado, a través de los elementos cercanos y de su entorno. Intentar transmitir que lo que trabajamos tiene una finalidad y sirve para algo. En el caso de nuestros alumnos con necesidades de apoyo, resulta de especial importancia relacionar los aspectos nuevos con lo que ya posee, y con su entorno.

Como conclusión, intentemos entender el aprendizaje no sólo como un almacenamiento de contenidos, sino como parte integral y significativa del desarrollo de la persona.

 

¡Espero os haya gustado este post!

 

antonio-fdezrdgz

Diplomado en Magisterio, especialidad en Educación Especial.

Licenciado en Psicopedagogía y con amplia experiencia en Intervención Educativa en alumnos con discapacidad intelectual.