La American Dance Therapy Association define la Danza Movimiento Terapia (DMT) como el uso terapéutico que se hace del movimiento permitiendo al individuo encontrar su propia unidad psico-corporal. La Danza Movimiento Terapia tiene su origen en los años 50 en Estados Unidos con una de sus pioneras, Marian Chace, quien comenzó trabajando la danza con pacientes que no podían comunicarse verbalmente pero que necesitaban expresarse a través de otras formas de comunicación.

La técnica de la Danza Movimiento Terapia se basa en la conexión de movimiento y emoción usando la danza de forma creativa. La danza permite a los individuos poder expresarse, comunicar sentimientos y comunicarse con su alrededor, además facilita la integración personal y la integración del individuo dentro de una sociedad. La DMT trabaja sobre el esquema y la imagen corporal posibilitando el desarrollo de habilidades motoras, coordinativas y la plasticidad del movimiento. Dados los diversos beneficios que aporta la danza y el movimiento, es un ámbito muy recurrido a la par que útil para trabajar con distintos tipos de población.

Como bien es sabido las personas con trastorno del espectro del autismo presentan un déficit en su comportamiento social presentando un déficit en sus habilidades sociales. Por este motivo, la DMT, o simplemente la danza o la expresión corporal, es considerada una actividad ideal para personas con TEA ya que pueden utilizar otro lenguaje que no sea el verbal. Tenemos constancia de que las actividades basadas en la música representan un 12% de todas las intervenciones realizadas en personas con TEA ya que la música resulta ser una herramienta muy útil para que los niños se expresen y vivencien diferentes posibilidades de movimiento (Srinivasan y Bhat, 2013).

En cuanto a la evidencia científica se refiere, se debe mencionar el estudio realizado por Dörries Gigirey (2009) donde se realizó una intervención mediante Danza Movimiento Terapia de 32 sesiones en 7 niños diagnosticados con Asperger. En los resultados obtenidos no se encontraron mejoras significativas según el instrumento de evaluación ASDS (Asperger Syndrome Diagnostic Scale o Escala de Diagnóstico de Síndrome de Asperger) que cuenta con las siguientes subescalas: lenguaje, social, maladaptación, cognitiva y sensoriomotriz. Por el contrario, de acuerdo con lo recogido en la Bitácora de Registro hay mejoras en factores conductuales, cognitivos (concentración), sociales (pertenencia a un grupo, contacto visual) y motrices (flexibilidad, coordinación).

Otro estudio realizado con personas con TEA, en este caso adultos, revela que tras una intervención de 36 sesiones de una hora cada una de Danza Movimiento Terapia y Musicoterapia se han obtenido mejoras en aspectos tales como la regulación de la conducta, la imitación, trastornos relacionados con el instinto y trastornos emocionales y de interacción social (Mateos Moreno y Atencia Doña, 2013). Es importante señalar la interacción social como un aspecto para la mejora de las relaciones interpersonales y de comunicación.

La mayor fortaleza de la Danza Movimiento Terapia es su capacidad para obtener buenos resultados en la relación social, sobre todo en la formación de relaciones con la gente que rodea a la persona con TEA, además de permitir el desarrollo de la empatía. Asimismo, las investigaciones actuales en neurociencia y en desarrollo infantil apoyan la inclusión del movimiento del cuerpo y la experiencia relacional para el desarrollo del cerebro del niño. A través de establecer una relación en la que el niño confíe en su profesor de la mencionada actividad, se puede incrementar la habilidad para desarrollar la toma de conciencia de él mismo y de los demás, así como mejorar el contacto visual, incrementar la verbalización/comunicación y tomar conciencia de las diferentes partes de su cuerpo a través del movimiento expresivo.

Bibliografía
Dörries Gigirey, G. (2009). Efectos de un programa de danza movimiento terapia sobre el desarrollo motor y psicológico de un grupo de niños costarricenses en edad escolar con Síndrome de Asperger. Tesis de Posgrado. Heredia, Cosa Rica.
Mateos Moreno, D., & Atencia Doña, L. (2013). Effect of a combined dance/movement and music therapy on young adults diagnosed with severe autism. Elsevier, 40, 465-472.
Srinivasan, S. M., & Bhat, A. N. (2013). A review of “music and movement” therapies for children with autism: embodied interventions for multisystem development. Frontiers in Integrative Neuroscience, 7(22).

Celia Garrote – Profesora de educación física de El cole de Celia y pepe – Máster en actividades físico-deportivas para personas con discapacidad