[vc_row][vc_column width=»2/3″][vc_column_text]Patricia Sánchez Rodríguez-Estremera

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Bufanda sensorial

 

 

Cuando hablamos de estimulación sensorial hacemos referencia a la entrada de información del entorno al sistema nervioso a través de los sentidos para elaborar sensaciones y percepciones. Esto constituye el primer elemento sobre el que se construye cualquier aprendizaje, ya que supone la primera etapa del desarrollo de las funciones cognitivas básicas (atención, memoria) y permite el desarrollo de las funciones cognitivas superiores (resolución de problemas, razonamiento, lenguaje y creatividad).

La adquisición o captación de estímulos es el inicio del proceso de memoria, donde la atención y percepción juegan el papel principal. Posteriormente, la información almacenada se utilizará para operar y razonar.
Gracias a los sentidos, y explorando el entorno mediante el movimiento (acción y experimentación), se produce el proceso de asimilación y acomodación, que permite la construcción de aprendizajes y la comprensión del mundo que nos rodea. Este proceso tiene lugar de forma natural en todas las personas desde el nacimiento.

Si nuestra actuación se dirige a favorecer el desarrollo sensorial, no sólo estaremos ampliando el bagaje de estímulos recibidos, sino que estaremos facilitando la interacción con el entorno y el mundo cognitivo. La riqueza de estímulos sensoriales beneficia el desarrollo del pensamiento, la inteligencia y el lenguaje.

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El trabajo de la estimulación sensorial es por tanto una estrategia válida para trabajar con personas que presentan cualquier grado de diversidad funcional desde edades muy tempranas ya que nos permite trabajar en base a los principales hitos evolutivos, pero también a lo largo de toda la vida ajustándonos a los objetivos terapéuticos en cada caso para ofrecer experiencias funcionales y significativas.

En definitiva, podríamos decir que la estimulación sensorial persigue un doble objetivo: fomentar el máximo desarrollo de las capacidades sensoriales y potenciar el desarrollo cognitivo a través de una buena educación sensorial.

Hay muchísimo juegos para la estimulación sensorial, hoy os traemos una BUFANDA SENSORIAL. Una gran bufanda hecha de retales de telas de distintas texturas.

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Se puede atar las dos extremidades para hacer un anillo. Se introduce dentro de la bufanda una pelota que intentaremos hacer deslizar a través de los anillos texturados. Incluye una pelota y una bolsa de transporte.

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Nosotros la tenemos desde hace un par de años aproximadamente y os puedo decir que a día de hoy seguimos jugando con ella y explorando sus diferentes texturas.

Os dejo un video de como Javier experimenta con ella :

 

La podéis adquirir aquí HopToys

 

 

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Entonces : 

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Patricia Sánchez Rodríguez-Estremera

Experta en lecturas adaptadas».
Mamá de de Javier.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/3″][/vc_column][/vc_row]